Apuntes de «Tantra, el amor consciente», de Ramiro Calle, Parte II (Konchok Tenzin)

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Apuntes de «Tantra, el amor consciente»

de Ramiro Calle

Parte II (Extractos de Konchok Tenzin)

Para despertar la energía kundalini hay diferentes técnicas y visualizaciones, que incluiremos en un capítulo posterior, pero una de ellas, no la más fácil ni la más segura, es la instrumentalización mística de la pasión, incluida la sexual.  Si se consigue, incluso el cuerpo se torna un diamante de sabiduría.

El tántrico sacraliza lo profano y le da a todo un carácter salvífico.  Trata de estimular tanto la apertura de la consciencia que esta podrá mantenerse presente durante la hechizante relación amorosa-sexual e incluso durante la muerte.

La consciencia es la vía hacia lo que está más allá de la consciencia.  Esta no es el fin, sino el medio, la pértiga para proyectarse a lo Uno-sin-dos.  pp. 33-4

Capítulo 2

En la Senda del tantra

El tantrismo como tal, es una técnica de auto-realización que no hace concesiones y exige, como otras muchas filosofías liberadoras, un esfuerzo correcto, una actitud de genuina moralidad y el verdadero anhelo de liberación

No es pues esta doctrina un pretexto para la gratificación de lo sentidos, ni mucho menos una justificación para la indulgencia sexual.  p. 35

Precisamente el tantrismo requiere ejercitarse conscientemente, para ganar un alto umbral de consciencia, ya que sus ritos o prácticas si se efectúan mecánicamente, «aborregan». en vez de despertar;  de hecho los tántricos consideran a los devotos comunes como «borregos», entregados a una religión mecanizada y a veces degradada que embota en vez de procurar lucidez liberadora.   pp. 35-6

El yoga es un método de autodominio para poder hallar un canal de luz, en la densa red de ilusión que genera la Shakti («El Samsara», «La Matrix», nota del comentador). p. 36

El propósito del yogui es no dejarse confundir por los fenómenos que engendra la Shakti, y poder retomar una y otra vez el hilo de la consciencia, para no identificarse y alienarse con la sucesión de fotogramas fenoménicos que genera la Shakti, que es como una incansable bailarina: gira y gira y sin cesar, recreando el universo y todas sus formas. p. 36

El tántrico convive con la ilusión cósmica y se «enreda» en los fenómenos cotidianos, pero debe mantener clara su consciencia e incluso ejercitar su ánimo a través de tales fenómenos o circunstancias vitales para conquistar su inafectado ser interno o yo real. p. 36

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