“Chuang Tzú” (n1), filósofo taoísta y místico chino” (Parte III)
(Traducido del chino por Herbert Giles)
Extractos, pasajes y comentarios de H. Giles traducidos del inglés al español por
Konchok Tenzin (Sergio Barrios Escalante)
Notas y comentarios adicionales de K. Tenzin (en pie de página).
Las frases y párrafos que aquí aparecen en letra cursiva (entre las líneas punteadas), pertenecen a comentarios de H. Giles.
(La traducción libre del inglés al español pertenece a K. T. autor de este ensayo)
Cont. De Cap. II (“La identidad de los contrarios”)
“Solo los realmente inteligentes entienden este principio de la identidad de todas las cosas. Ellos no ven las cosas como aprehendidas por ellos mismos, subjetivamente; más bien, se sitúan ellos mismos en la posición de las cosas observadas” (n-2) (Op. cit., p. 39).
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“Evadiendo los engañosos canales de los sentidos” (n-3) (Op. cit., p. 39).
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“Por ello el verdadero sabio, mientras considera los contrarios como idénticos, se adapta así mismo a las leyes del cielo. Esto es llamado “transitando dos caminos al mismo tiempo” –n-4 (Op. cit., p. 39).
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Giles, comenta al respecto, citando una frase de Carlyle en su ensayo “Novalis”:
“Para un trascendentalista la materia tiene existencia pero solo como un fenómeno… esta es solo una mera relación, o mejor dicho, el resultado de una relación entre nuestras almas vivientes y la “Gran Primera Causa” –n-5 (Op. cit., p. 40).
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“Si hay una existencia, debió haber habido una “no existencia”.
“Si hubo un principio, entonces debió haber existido un tiempo antes de tal principio. Y un tiempo antes del tiempo del comienzo del tiempo de ese principio”. n-6 (Op. cit., p. 41).
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Notas y comentarios adicionales de K. Tenzin (SBE):
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Según nos informa H. Giles, Chuang Tzú era nativo de Meng (en la moderna provincia de An-hui). Su nombre personal era Chou. Pertenece a la tercera y cuarta centuria antes de nuestra era. Vivió en la era feudal, cuando China estaba dividida entre numerosos Estados (“Chuang Tzú, Taoíst Philosopher and Chinese Mystic”; Translated from the chinese by H. Giles (professor of Chinese at Cambridge University, Ruskin House, George Allen & Unwin LTD, Museum Street London, U.K, First Edition 1889, Second Edition, 1923. 11).
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(…) “situarse uno mismo en la posición de las cosas observadas…”. Pareciera esta frase hacer alusión a lo que hoy en día se conoce como “empatía”. Ciertamente, si algo nos ayuda conocer de una manera más objetiva aquello que intentamos entender o conocer, es situarnos en el lugar de lo observado. Pero realizarlo no es tan fácil como decirlo. Todos estamos condicionados por la cultura a la cual pertenecemos, lo que nos impele a ver la realidad con cierto “sesgo”. No en vano Einstein solía decir que; “es más fácil destruir un átomo que destruir un prejuicio”.
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Con relación a los llamados “canales de los sentidos” (tacto, olfato, vista, oído, paladar), se ha dicho que no son suficientemente confiables para conocer el fondo de las cosas. De ahí el conocido refrán; “No vemos las cosas como son, sino como somos”. O como dice “Lama Toni” (Marco Antonio Karam: “No es que la realidad no exista, sino que simplemente no es lo que aparenta”).
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Los contrarios claramente existen en un cierto nivel de la realidad (pero solo en cierto nivel). Si en última instancia todo es “annhatan” (“inexistente”, “carente de realidad inmanente”, como se dice en el “Dhammappaddha”), es claro que los dualismos o contrarios se diluyen en algún punto, en algún nivel de la realidad.
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Como se ha dicho en diversas fuentes literarias y filosóficas; “la belleza no está en la flor sino en el ojo que la observa”. Por otra parte, con relación al carácter fenoménico de la materia, en el antiguo Oriente se acuñó el término de “Maya” o “Ilusión” (al menos en una de sus siete acepciones o significados). Por su lado, Atisha (el gran maestro de la India que llevó el budismo al Tibet), instaba a sus discípulos a considerar los fenómenos como “sueños”. Por lógica deductiva, entendemos entonces que el despliegue de la realidad material, en sus diversas manifestaciones, puede considerarse como un mero sueño…pero cuidado, solo en última instancia, o de otra forma, corremos el peligro de chocar en contra de la pared. Y, con respecto a que la frase aquí citada y analizada sostiene que la materia es el resultado de una relación (entre nuestra alma individual y la Gran Primera Causa), nos hace recordar el relato cosmogónico sobre el origen del universo material según la narrativa de los Upanishads, los Rig-Vedas, el Mahabaratha y otras escrituras sagradas de la antigua India, donde se explica el surgimiento de “Prakriti” (la materia) como resultado del despliegue inicial de “Purusha” (lo inmaterial). Pero conviene recordar en la trascendental tríada del hinduismo sagrado; Shiva, Shakti y Brhama, esta última era y estaba antes que lo inmaterial y lo material, con lo cual aquí también se trascienden las famosas polaridades y antagonismos cosmogónicos planteados por Platón y Aristóteles.
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Como vemos, estas inquietudes son muy antiguas en la historia del pensamiento humano. Hablando al respecto de esto, en una ocasión le preguntaron a Hawking qué es lo que él consideraba que pudo haber existido antes del Big Bang, antes del tiempo y el espacio, tal y como lo conocemos ahora. Él respondió que “simplemente había otra física”. ¿Una forma elegante de decir ¿“no sé? Quien sabe.
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Konchok Tenzin (Sergio Barrios Escalante), es autor del ensayo transdisciplinario “Introducción al Tantra, y otras técnicas eróticas de la iluminación espiritual”, Ediciones RafTulum, 2018).
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Sinopsis sobre “Introducción al tantra” (inversión y forma de obtenerlo), puede solicitarse al siguiente correo electrónico:
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